sábado, septiembre 29, 2007

La palabra persona viene del latín persona, máscara usada por un personaje teatral (a partir del griego προς, delante y ωπος, cara).
Lidio en la vida social en pocas ocasiones, pero, como persona, me coloco esa máscara que me define y oculta a la vez. Sé que soy distinto en función de quienes me acompañan. He descubierto que la madurez consiste en eso, en saber ponerse la máscara adecuada, en participar en una farsa en la que los papeles están definidos de antemano. Salgo a una función de la que desconozco el argumento, en la que incluso puedo ser la víctima al doblar la esquina.
La palabra persona nos define como máscaras, pues sólo las personas somos capaces de fingir la vida, sólo unos seres como nosotros somos capaces de convertirnos en personajes distintos y seguir siendo los mismos por dentro, seguir siendo unos completos desconocidos para quienes nos rodean, como actores de escena, como auténticos mentirosos.

Crédito de la imagen: www.flickr.com/photos/88864835@N00/34214919