jueves, enero 01, 2009

Nada importa.
Puedes alcanzar tus metas.
Puedes soñar con las nubes.
Puedes sentir, vibrar, gozar, volar, añorar, bailar, escribir, cantar, pensar, amar, odiar.
Nada importa.
En cualquier rincón del mundo alguien decide por ti.
Decide que debes morir. Tú y los tuyos.
Nada importa.
Ni tus metas.
Ni tus sueños.
Porque cada bomba que mata a un inocente, te está matando un poco.
Cada disparo supone la aniquilación de uno de nosotros.
Cada estallido nos arrastra mil años atrás en la evolución.
Y acabaremos siendo barro.
Sucio y primitivo barro.