
'Aquello fueron buenos años: tenía un trabajo que me gustaba, desarrollaba proyectos con encanto, disfrutaba de mi familia, iba a la playa a pasear en pleno invierno...'
Me siento tocado por el dedo divino. Miro atrás con desconfianza. Me veo y no me creo. Junto al mar, casi no había olas, menos que en verano. Sólo un tapiz que se balancea. Y mi sombra de gigante, pero eso sólo, sombra. Con mis sueños de gigante casi cumplidos, pero eso sólo, sueños.
He escrito hoy casi por compromiso. Ha pasado una semana: ha nevado y hace un frío del carajo. El paseo por la playa era una espinita en mis benévolos recuerdos. ¿Será cierto que sólo los infelices se abren camino a la gloria? ¿Estaré condenado a la mediocre vida feliz? ¿Por qué me pregunto estas idioteces, en lugar de disfrutar de la playa como cualquier hijo de vecino?
En fin, dudas de Robinson que no van a ningún lado.