lunes, agosto 27, 2007

Para escribir algo sensato, tengo que estrangular al filólogo que llevo dentro.
La lógica es aviesa camisa de fuerza y te constriñe hasta hacerte escribir frases como la que acabas de leer.
Mis mejores sentencias obedecen al impulso ciego de lo errante:
'Escribir es caminar sin rumbo hacia la esquina inferior derecha del papel'.

Imagen: www.flickr.com/photos/25747229@N00/271261115

5 comentarios:

Anónimo dijo...

NO pongas la otra mejilla, acaba con él, lo esta pidiendo a gritos sospecho. Al filólogo hay que matarlo o como poco encerrarlo en el sótano hasta nueva orden. El problema es el que apuntas: que las normas constriñen, coartan, oprimen, asfixian...

Saludos homicidas

P.D. Yo me consuelo pensando que las normas, para saber saltárselas, hay que conocerlas bien primero.

María Paz Díaz dijo...

Lo he intentado, pero no puedo comentar una frase tan perfecta.

Anónimo dijo...

Saludos retorciendo o estrangulando o quemando lo que aherroja, ata, esclaviza, oprime... ¡a la mierda todo este tinglado normativo!

Gracias por la visita. Te pondré en mi blog:

Fdo: talín de http://isweletu.blogspot.com/

Joselu dijo...

Disiento, ese impulso sin rumbo lleva a muy escasos sitios. Quizás a una catarsis o a una especie de liberación personal... pero para comunicar es necesario un impulso clarificador, intelectivo, un algo que dé sentido a ese escribir. Sin ello no se hubieran escrito La montaña mágica o Cien años de soledad entre otras obras perfectas, o casi.

antonio dijo...

Sin embargo, muchos de esos escritores se entregaban a la absenta, el hachís, el láudano...
¿No buscaban también ese punto de irracionalidad?