sábado, febrero 26, 2011

Saber el lugar que ocupo, sentir que siento y vivo. Construyo una vida extraña, casi ajena a mí. No soy consciente del tiempo irreversible, ni del vacío que queda atrás. En las horas, diviso las sombras fugaces de un presente marchito en el punto de nacer. Hubo momentos que parecían míos, humanamente míos en toda sus grandezas y miserias. Pero, en la distancia, sólo fueron humo y briznas de memoria.

Escribo. Casi un año después vuelvo a reconciliarme con ese ser alienado que busca un lugar al que pertenecer. Un lugar o un tiempo, que vienen a ser lo mismo, huecos en el presente, inasibles, fugitivos, airados...

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