lunes, julio 28, 2008

Hay quien gobierna,
emperador de sí mismo.
en sus estancias,
y domina con orgullo
satisfecho,
pleno.
Hay quien tira
la llave de su hogar
tras cada vuelta
de camino,
seguro de no regresar
jamás.
Hay quien necesita
dos llaves para estar seguro
de no quedarse en la calle;
pero nunca sabe
a quién encomendar
esa puerta falsa
de su vida.
Ay, quién...

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