miércoles, noviembre 16, 2005

Dediqué el mes de octubre a leer Bomarzo, uno de mis proyectos de lectura por mucho tiempo dormido. Ha supuesto un grato paréntesis en el ajetreo diario. Si bien es cierto que más de una noche no he alcanzado a leer dos páginas, densas, cargadas, barrocas hasta la extenuación, el balance final es memorable. El monstruo, el arte, la vida, la fama, el crimen, las pasiones y los sueños. Una novela acordeón, llena de resonancias. Y con un final sorprendente, que hace imprevisible lo que parecía inevitable.
Ha valido la pena dedicarle tiempo. Bomarzo es una de esas obras que te acompañan ya para el resto de tus días.

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