sábado, diciembre 31, 2005

En las lindes que separan el 2005 del 2006 han colocado los astrónomos, o los relojeros, un segundo de más, un segundo añadido.
Es un tiempo fuera del tiempo, un lugar ucrónico, algo que no existe.
Allí quizá todo sea perfecto.
Allí quizá valga la pena vivir.
Allí, entonces.

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